Semana 5 - ¿Qué son la coherencia pragmática y la coherencia de contenido?

¿Qué es la coherencia pragmática?

Hola a todos, el día de hoy les vengo a contar un poco sobre la coherencia pragmatica y de contenido, teniendo en cuenta la información que aparece en el capitulo 8 sobre La textura discursiva del libro "las cosas del decir" de Helena Casalmiglia Blancafort y Amparo Tusón Vals.
Esta semana iniciando el tema de la coherencia pragmática y la coherencia de contenido, me doy cuenta de la importancia de estos conceptos para la comunicación efectiva. En mi experiencia, he visto cómo la claridad y la lógica en la organización de ideas pueden hacer que un mensaje sea comprensible y persuasivo. Estoy entusiasmada por profundizar en estos conceptos y entender cómo se aplican en diversos contextos comunicativos. Mi objetivo para esta semana es desarrollar una comprensión sólida de lo que significan la coherencia pragmática y la coherencia de contenido, y cómo se manifiestan en los textos. Para alcanzar este objetivo tendremos en cuenta la información a continuación.

Al abordar la coherencia en la lingüística textual, surgen dos enfoques principales:

  • uno que la considera como una propiedad inherente al texto
  • otro que la relaciona estrechamente con los procesos cognitivos de producción e interpretación.
Veamos cómo estos enfoques influyen en nuestra comprensión de los mensajes.

1. Coherencia como Propiedad Textual

Algunas corrientes lingüísticas han puesto énfasis en la coherencia como una propiedad del texto en sí mismo, como un objeto independiente. Este enfoque se centra principalmente en los elementos cohesivos del texto, aquellos que mantienen unido el tejido lingüístico. Por ejemplo, la repetición de palabras, pronombres o conectores que ayudan a seguir la lógica del discurso.

2. Coherencia desde la Cognición

En contraste, autores como Brown y Yule amplían la mirada hacia los procesos cognitivos detrás de la coherencia. Para ellos, la coherencia se relaciona con las intenciones de los hablantes, la consecución de fines específicos, las inferencias que se activan al comprender un texto y el contexto en el que se emiten y reciben los mensajes.

Los hablantes, al enfrentarse a diversos textos, recurren a los contextos que les permiten interpretarlos adecuadamente. Por ejemplo, un texto médico puede ser incomprensible si no tenemos el conocimiento necesario, sin el contexto médico, estas frases podrían parecer fragmentos inconexos. Lo mismo ocurre con anuncios clasificados o noticias extranjeras, e los cuales necesitamos el contexto para dar sentido a las palabras.

Se parte del principio de la presunción de coherencia, donde cualquier mensaje emitido se considera bajo la hipótesis de un comportamiento racional. Este enfoque no admite un comportamiento ilógico o absurdo por parte del emisor.

Así mismo, Bernárdez presenta una visión de la coherencia como un mecanismo de autorregulación en la comunicación humana. Para él, la coherencia busca un estado estable entre el mensaje producido y el mensaje recibido. Este equilibrio se logra mediante un proceso dinámico de autorregulación tanto por parte del emisor como del receptor.

Contexto y Coherencia

A mayor grado de contextualización, menos elementos lingüísticos se necesitan para sostener la coherencia. Por ejemplo, una conversación entre amigos íntimos requiere menos explicaciones que un artículo periodístico dirigido a un público general. La coherencia se logra de diferentes maneras en distintos tipos de texto, ya sea oral o escrito, literario o informativo.

Mientras que a menor grado de contextualización el texto necesita indicadores y elementos lingüísticos que otorguen coherencia: es el caso de las narraciones literarias, que construyen un mundo de ficción que se sustenta por sí mismo a través de la palabra, y es el caso también de la mayoría de tex-los escritos, que al ser lanzados a un público desconocido requieren un mayor grado de esfuerzo para crear los marcos y encuadres adecuados para la interpretación de los mensajes.

Teoría de los actos del habla

La coherencia pragmática sigue las pautas establecidas por Austin, cuya teoría se enfoca en que el lenguaje no solo tiene la función de describir el mundo, sino también de llevar a cabo acciones dentro de él. Austin clasificó los enunciados en dos categorías: constatativos y realizativos.

Constatativos: Se trata de enunciados que se enfocan en describir o verificar un estado de cosas en el mundo. Estos enunciados se refieren a hechos o afirmaciones que pueden ser verdaderos o falsos, sin implicar una acción realizada por el hablante al hacer la afirmación.



Realizativos: Los enunciados realizativos no solamente describen una acción, sino que también la ejecutan en el momento en que el hablante los pronuncia. Estos enunciados tienen la capacidad de llevar a cabo una acción simplemente mediante su emisión, y comúnmente se expresan a través de verbos en primera persona del singular en presente simple.


Además, se separan los actos del habla en 5 grupos:

Asertivos: Afirmar, anunciar, predecir... 

Directivos: Preguntar, pedir, recomendar, exigir... 

Compromisorios: Ofrecer, prometer, jurar... 

Expresivos: Pedir perdón, agradecer, felicitar... 

Declarativos: Sentenciar, bautizar, declarar...

Según la teoría de los actos de habla de John Austin, al emitir un enunciado se implican tres tipos de actos:

Acto locutivo: Este acto es básicamente decir algo, es decir, producir una expresión lingüística correctamente formada y con significado. Por ejemplo, al decir "Hace frío aquí", el acto locutivo es simplemente la emisión de esas palabras con sentido.

Acto ilocutivo: Es el acto que se realiza al decir algo, como afirmar, preguntar, prometer, ordenar, etc. En el ejemplo anterior, el acto ilocutivo podría ser una queja o una petición implícita para cerrar las ventanas o encender la calefacción.

Acto perlocutivo: Este acto se refiere al efecto que el enunciado produce en el oyente, como convencer, asustar, ofender, etc. Siguiendo con el ejemplo, el acto perlocutivo podría ser que el oyente sienta frío y decida tomar medidas para calentarse.



Principio de cooperación

Cuando estamos inmersos en una conversación, la efectividad y la productividad de la comunicación dependen en gran medida de seguir ciertas reglas básicas. Estas reglas son conocidas como las máximas de cooperación, según propuesto por HP Grice:

Máxima de cantidad: No proporcionar más información de la necesaria ni menos información de la necesaria para que el otro pueda entender.

Máxima de calidad: Evitar afirmar cosas falsas o carecer de evidencia suficiente para respaldar lo que se dice.

Máxima de relación: Mantener la conversación relevante para el tema en discusión, evitando desviaciones innecesarias.

Máxima de modo: Expresarse de manera clara y ordenada, evitando ambigüedades y oscuridades en la comunicación.

En ocasiones, sin embargo, las personas pueden desviarse de estas reglas al dar lugar a lo que se conoce como implicaturas, que son mensajes indirectos o sugerencias que se dan sin expresarlos de manera directa. A pesar de estas desviaciones, la cooperación en la conversación puede seguir manteniéndose.

¿Qué es la coherencia de contenido?

Según el Capítulo 8 del libro "Las cosas del decir" de Helena Calsamiglia y Amparo Tusón, la coherencia del contenido se refiere a la relación lógica y consistente entre las ideas presentadas en un texto para que este tenga sentido y sea comprensible. La coherencia del contenido implica que las ideas estén conectadas de manera lógica y que exista una continuidad temática que permita al lector seguir el hilo argumentativo sin confusiones. Este proceso abarca tanto la microestructura, que incluye las oraciones y relaciones locales, como la macroestructura del texto.

En términos de la macroestructura, esta representa la esencia semántica o el contenido global del texto, es decir, lo que trata en su conjunto. En esta dimensión encontramos las macroproposiciones, que son las ideas principales o los temas centrales que agrupan y organizan la información más detallada, llamadas microproposiciones.

Macrorreglas

La organización global del contenido se refiere a cómo se estructura y jerarquiza la información en un texto, lo que determina su coherencia y sentido general. Esta estructura permite identificar las macroproposiciones y la macroestructura que las engloba. Van Dijk propone cuatro macrorreglas Para llegar a construir la macroestructura y definir las macroproposiciones

Macrorregla de supresión: Eliminar información que no sea esencial o relevante para la interpretación global del texto.

Macrorregla de integración: Reemplazar una secuencia de proposiciones con una macroproposición que sintetiza un concepto derivado de esa secuencia.

Macrorregla de construcción: Sustituir una secuencia de proposiciones con una macroproposición que exprese el mismo hecho denotado por el conjunto.

Generalización: Cambiar secuencias de proposiciones por una macroproposición más general que abarque su significado en conjunto.

Estas ayudan a simplificar la complejidad informativa del texto, seleccionando y organizando los datos más relevantes en macroproposiciones que capturan su esencia o idea central. De esta forma, se puede identificar y analizar la macroestructura semántica que subyace en el contenido general del texto. Es esencial tener en cuenta que este análisis y la aplicación de las macrorreglas implican un proceso de interpretación y reconstrucción por parte del lector o analista, basado en su bagaje de conocimientos previos y en las pistas textuales que deja el autor.

Entender y aplicar la coherencia pragmática y de contenido nos permite mejorar nuestra comunicación y hacer nuestros mensajes más efectivos. Como futuros docentes, es crucial que enseñemos a nuestros estudiantes a organizar sus ideas de manera lógica y coherente, y a adaptarse a diferentes contextos comunicativos. La coherencia es fundamental para que nuestros estudiantes puedan expresar sus pensamientos de manera clara y persuasiva, tanto en textos escritos como en interacciones orales. Al explorar estos conceptos, no solo mejoramos nuestra propia comunicación, sino que también capacitamos a nuestros estudiantes para ser comunicadores más efectivos y críticos.

¡Únete a mi en este viaje hacia una comunicación más coherente y significativa!

Bibliografía

Casalmiglia, H & Tusón, A. (1999). Las cosas del decir. Ariel

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